El Principio de la Productividad - Reseña crítica - Antonio Peña
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El Principio de la Productividad - reseña crítica

El Principio de la Productividad Reseña crítica Comienza tu prueba gratuita
Productividad y gestión del tiempo

Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro: El principio de la productividad: la increíble pero sencilla clave para ser más eficaz

Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.

ISBN: 9781092269940

Editorial: Independently published

Reseña crítica

La mayor marca de genialidad no está en la perfección, sino en la originalidad. Es necesario comprender que la clave para ser más eficaz en todos los campos de la vida es increíble, pero también sencilla. La mayoría de las personas piensa que la productividad consiste en hacer la mayor cantidad de cosas en el menor tiempo posible. Pero esta es una idea equivocada. Antonio Peña nos explica cuál es la mejor definición acerca de qué es la productividad en este didáctico curso. ¡Aprende a cómo lidiar con las informaciones que nos llegan todos los días para ser más productivos!

Los tres requisitos 

Según Robert Anson Heinlein, los diez mandamientos están hechos para cerebros aburridos.

Como decimos, hacer muchas más cosas no es sinónimo de productividad, como la mayoría de personas dice. Normalmente nos obsesionamos con trabajar más de la cuenta, pensando que vamos a conseguir mejores resultados.

Pero este es un pensamiento que está lejos de la realidad, explica Antonio Peña. Es sólo una de aquellas frases que se repiten sin sentido, no es una realidad concreta.

Debes tener en cuenta que es mucho mejor usar la cabeza sin esfuerzo que realizar un esfuerzo sin cabeza. Pues un trabajo inteligente es más productivo que un trabajo duro. Hay muchos estudiantes que superan a otros sólo por sus capacidades, sin necesidad de estudiar más.

Seguro que conociste u oíste hablar de estudiantes que estudian muchas horas seguidas por obligación y no tienen buenos resultados en los exámenes.

De ahí se puede comprender que hay tres requisitos fundamentales para aumentar la productividad, en los cuales debemos enfocarnos: tiempo, atención y energía.

El primero, el tiempo, es uno de los pilares de la productividad. Para el autor es el requisito más importante.

Aunque seas muy bueno y rápido en tu actividad, sin el debido tiempo para hacer una tarea que te fue impuesta, tendrás una desventaja frente a la competencia. 

La clave es tener una cierta cantidad de tiempo para poder dedicarte con exclusividad a la actividad que debes hacer ya sea en tu trabajo, familia u hogar.

Debes prestar mucha atención al tiempo, por lo que este es el próximo requisito.

La ley de concentración es fundamental para que podamos realizar todos nuestros trabajos y tareas con mayor efectividad.

Como ejemplo podemos recordar el viejo juego de caminar por un lugar con un huevo en una cuchara. Si no estás concentrado, el huevo se cae de la cuchara.

La concentración lo es todo. Si no haces una tarea prestándole atención, no podrás obtener buenos resultados.

Detente y mira todas las tareas que debes realizar en tu trabajo, intentado hacer todo lo mejor posible. Si no lo haces, no podrás sacar algo positivo de tus tareas.

Por otro lado, Peña señala que la energía es la joya de la corona junto con el tiempo. Es el combustible para que avances en la vida. No podrías hacer nada sin ella. Caminar, correr, hablar, bailar, confiar o parecer seguro. Nada sería posible sin la energía. Necesitas gastarla para hacer cualquier cosa.

Las personas muy calladas y tímidas, naturalmente, pueden ser personas con mucha energía aunque no lo parezcan.

Intenta no perder nunca la energía de vista, pues tienes aquí un requisito fundamental para que puedas seguir adelante.

La clave

Puedes expandir el trabajo hasta que alcance el tiempo que dispones para realizarlo. Si el trabajo supera el tiempo, no podrás terminarlo.

Tal como cuenta el autor, debes ponerte una fecha límite para algo, sino aplazarás tanto la hora de empezar como la hora de acabar.

Cronometrarse es la clave de todo, debe ponerse una hora de inicio y una hora final. Esto es mucho más importante que programar una agenda para que seas más productivo. Así, tendrás más facilidad para saber de qué eres realmente capaz.

Mejorar tus marcas te hará conseguir hacer las cosas más rápidamente y va a estimularte muchísimo más de lo que podrías imaginar. Con un tiempo límite, el cerebro sabrá hasta cuando puedes terminar algo y podrás mantener un mejor control.

Hay acciones y desafíos muy diferentes, en los cuales no podrás imponer una fecha límite. Pero pensar en todas tus tareas más importantes relacionándolas con el tiempo que necesitas para hacerlas, te permitirá conocer mejor cuáles son los tiempos necesarios para todo.

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

Nuestros ojos están siempre distraídos. Si no vemos demasiado, no vemos lo suficiente.

Es muy importante que hagas todo cuanto antes mejor, sin posponer las cosas que tienes capacidad para hacer.

Si tienes que llamar a una persona o hacer un ejercicio, estudiar o socializar, hazlo ahora.

El cerebro te engaña cuando te dice que cuanto más aplaces las cosas más capacidad tendrás para hacerlas y más tiempo de preparación.

Esta es una gran mentira, dice Peña, pues de tanto posponer las cosas, no preparamos nada.

La actitud de aplazar todo te hace estar más cansado y con menos tiempo. Al final acabarás desesperado por terminar todo lo que tienes que hacer lo más rápido posible, sin llegar a conseguirlo.

Al dejar todo para el final, las tonterías nos distraen, como las redes sociales u otras cosas que no son tan importantes como tu trabajo. No pospongas nada.

Tiempo de calidad

Como hemos dicho, el cerebro pasa mucho tiempo engañándonos con distracciones que no nos llevan a producir nada relevante o bueno para nuestro trabajo, hogar o familia.

Según Peña, las mayores distracciones están en diferentes minucias o pequeñeces que nos hacen menos productivos.

Cada actividad tiene un tiempo de calidad, es decir, el tiempo que haces algo con la concentración total. Es necesario eliminar distracciones, controlar el tiempo y centrarte en las actividades pilares de tu objetivo final. Sólo así podrás lograrlo todo.

No se trata de cantidad, sino de calidad. De nada vale tener un día entero para hacer una tarea si no te centras en ella. Una hora de concentración total es más productiva que todo un día sin rumbo.

Cuida tu tiempo de calidad y úsalo, es fundamental para tu trabajo.

Los pilares 

El autor expresa que un pilar es una idea que quieres aportar al mundo o a ti mismo. Es un proyecto.

Resulta fundamental trabajar en ese conjunto de ideas como objetivo principal para obtener una mayor productividad y así hacer una diferencia en el mundo.

Los pilares son las cosas que tienen la capacidad de hacer que te desvivas para conseguirlas. Si no tienes la capacidad de descubrir cuáles son tus pilares, tendrás mucha más dificultad para desarrollar la productividad plena.

Pues, si no sabes a dónde llegar, no caminas a ningún lugar.

Al descubrir cuáles son tus puntos fuertes y diferentes de trabajo, podrás explotarlos a tu favor para completar tu trabajo independientemente de las condiciones extremas de tu vida. 

Sin extremismos, si sabes a dónde ir, si comprendes tus cualidades, tendrás que improvisar menos, y cuando necesites hacerlo, estarás más preparado.

Descansar 

Si no encuentras descanso por ti mismo, es inútil buscarlo en otra parte.

La pereza no es el mayor enemigo de la productividad, resalta Antonio. Y no es mala, sino un indicativo de la necesidad de descansar.

Si estás demasiado cansado no podrás hacer ninguna actividad concreta. Descansar es no hacer nada, dejando tu mente vacía. No es quedarse charlando en el móvil. Repetimos: descansar es no hacer nada.

Es importante comprender que la productividad no se basa en hacer muchas cosas, sino en hacer las necesarias.

Aunque a los seres humanos les guste hacer muchas cosas, no podemos hacerlo todo.

El problema del perfeccionismo

Todos hemos vivido algún momento en el que el perfeccionismo no nos dejó completar las tareas que deberíamos hacer.

Las personas perfeccionistas quieren alcanzar el máximo grado de perfección en aquello que están creando o han creado. El esfuerzo máximo nunca acaba, pero el problema es llegar a dedicar demasiada cantidad de tiempo a perfeccionar una obra creada, y no tener después tiempo para terminarla.

Mejorar un trabajo o proyecto no es malo, pero los perfeccionistas pueden distraerse con los detalles.

La tendencia es que las personas más perfeccionistas no comprendan cuáles son sus pilares. Nada es perfecto y jamás lo será, dice el autor.

Para todo hay un límite, incluso para la perfección. Por eso es tan importante establecer un tiempo para cada una de las tareas que necesitas hacer.

Si no sabemos cuánto tiempo tenemos para terminar un proyecto, jamás comprenderemos cuándo está terminado. Si definimos este tiempo, pararemos en el período final.

Entonces, la perfección es un problema clave que nos impide llegar a la plena productividad.

Rendimientos decrecientes

La ley de los rendimientos decrecientes se refiere a que cuando se incrementa la cantidad de un factor productivo de un bien o servicio, se puede provocar que el rendimiento de la producción sea menor a medida que incrementemos este factor.

De cierta manera, es como si el rendimiento fuese disminuyendo hasta un punto en que no es posible que vuelva a aumentar para mejorar la conclusión de un trabajo realizado. De esta forma, la capacidad de mejorar se va reduciendo y cuando nos damos cuenta, ya no es posible que hagamos todo lo que nos propusimos.

Peña explica que cuando no tienes en mente tus pilares y los elementos que forman la verdadera productividad, aparece el rendimiento decreciente. Este da señales de que algo no va bien, aunque no nos demos cuenta.

Rendimientos negativos 

Los rendimientos negativos son un poco diferentes de los rendimientos decrecientes, aclara Antonio.

Con ellos, aunque tengas mucho trabajo y dedicación, no podrás tener buenos resultados: todo será negativo. Has alcanzado un límite que no conoces y te impide seguir rumbo al éxito de tu proyecto. Posee un tope que no podrás sobrepasar.

Tener en cuenta los rendimientos decrecientes o negativos es fundamental para evaluar otra vez tu proyecto, trabajando de otra manera, empezando otra vez si es necesario.

Haz tu éxito parte de ti

Valorando tu tiempo y el tiempo de los demás, das otra oportunidad para que el éxito sea una constante en tu vida. Al menos así lo interpreta Peña.

Siempre podrás mejorar algo, pero hay que tener en cuenta la necesidad de trabajar los aspectos que te empujan hacia adelante.

El éxito está ahí, en ti, y puede ser trabajado día a día. Cuestionar todas tus actitudes diarias y verte como parte de un proceso mayor te dará buenos resultados.

Dedicación, tiempo, fuerza. La productividad es un proceso demorado y que nos exige mucho, aunque la mayoría de las personas no lo comprende.

Crear estrategias para que la productividad llegue a tu vida es fundamental.

La hora de ser productivo es ahora, ¡no lo pospongas!

Notas finales

Muchas veces, nos exigimos tener más productividad en el trabajo y no sabemos cuál es la mejor manera para conseguirlo. Pasamos demasiado tiempo dedicándonos a nuestras tareas y pensamos que no hacemos nada.

La gran lección de “El principio de la productividad” es enseñarnos cómo podemos mejorar este aspecto cambiando las definiciones comunes acerca de qué es la productividad.

Pues no se puede ser productivo si no sabemos lo que es. Si priorizamos la cantidad a la calidad, nada bueno sucederá y las frustraciones crecerán en nuestros corazones y mentes.

Antonio Peña es un gran profesor en el arte de mostrarnos una nueva perspectiva ante las exigencias del mundo, que poco nos enseñan sobre la mejor manera de producir todo aquello que deseamos.

Consejo de 12min

Para que comprendas más los aspectos de la productividad, necesitas comprender qué es lo que llena tu corazón. En “Una vida de abundancia”, de Agustín V. Startari, tendrás una gran lección para complementar todo lo que necesitas para vivir el éxito día a día.

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